hijos."
Escrita la precedente carta,[83-5] el insigne jurisconsulto paso a la
cocina, donde su mujer estaba haciendo calceta y cuidando el
puchero, y dijole las siguientes expresiones en tono muy aspero
15 y desabrido, despues de echarle en la falda las ocho monedas
de a cuatro duros que ya conocemos:
--Encarnacion,[83-6] ahi tienes: compra mas trigo, que va a subir
en los meses mayores,[83-7] y procura que lo midan bien. Hazme
de almorzar mientras yo voy a echar al correo esta carta para
20 Sevilla preguntando los precios de la cebada. iQue el huevo
este bien frito y el chocolate claro! iNo tengamos la de
todos los dias![83-8]
La mujer del abogado no respondio palabra, y siguio haciendo
calceta como un automata.
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